Es una garza pequeña, muy bonita y
coqueta, que dicen, tiene en sus finas y largas patitas un
secreto para hacer encantamientos de amor.
Que cuando el curandero recibe el
encargo de preparar el filtro de amor, deberá cazarla mediante un tiro de
pucuna “dardo de cerbatana” pero también deberá estar dietando por varios días.
Extraídos los huesitos de las patitas, los limpia y prepara mediante icáros
“cantos mágicos”.
Quitada la médula, estos quedan como
tubitos y es a través de estos que el enamorado, debe espiar a la mujer elegida
“como si fuera un largavista”.
Pero ojo, la muchacha no debe saber que es
observada. Y, si la operación ha sido bien hecha, a los pocos días aceptará
gustosa los requerimientos del galán.
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